El repentista que puso a sonar la trova en Medellín

Por: Oscar Andrés Sánchez A. / 30 de julio 2012 , 08:36 a. m.

El antioqueño de 75 años de edad recuerda como entre los cafetales aprendió sobre la trova

La vida de Pedro Mariano Fernández ha sido una sucesión de versos. A los 75 años, este tamesino que fundó en 1971 el Movimiento Nacional de la Trova, aún tiene que sembrar para poder subsistir. 

Pero esto no borra la sonrisa fina de ‘Pedrito’ -como lo llaman sus paisanos-, y por el contrario mantiene en la punta de la lengua coplas para cualquier situación.

Es que según él -penúltimo de siete hermanos-, en el campo se comunicaban con frases rimadas que usaban para saludar, contar historias, chistes, hacer críticas, para aconsejar, hablar de negocios y hasta para cortejar.

«En esa época -recordó ‘Pedrito’- solo se hablaba en prosa a la hora de las comidas. Trovar era algo tan inconsciente como la respiración. En los cafetales, por ejemplo, era común oír:  ‘Ayer estuve en el pueblo, como le parece a usted, me puse a tomar cerveza,y al final me emborraché ‘».

A los 11 años su papá le dio permiso para coger café, y fue en ese espacio donde, según él, perfeccionó su estilo repentista de versos picarescos, el arte de decir vulgaridades de la manera más elegante y sin morbo.

La época de la censura

En su juventud el café lo llevó al norte del Valle, a Caldas, Risaralda y Quindío. En todos estos lugares, erosionados por la violencia, dice que su escapulario fue la trova: «Cuando llegaba la chusma o la Policía les ablandaba el corazón con rimas y nunca me tocaron».

Pero por desgracia, esta tradición oral fue desapareciendo porque los diferentes bandos en disputa la prohibieron para evitar ser cuestionados por los campesinos.

«Yo seguí cultivando la trova en secreto, y en las tres décadas siguiente me desempeñé en 79 oficios. Fui cartero, secretario, albañil, entre otros, y como no tuve acceso a la educación formal, tomé cursos sobre buenas prácticas ambientales».

Con estos aprendizajes, sumados a su experiencia, publicó textos como  Oasis, obtención de agua ;  Manual de agricultura limpia , y  Enseñanzas de un Campesino  (sobre energías alternativas y obtención de agua), publicado por la Universidad Católica de Oriente en el 2001.

A finales de los 60, ‘Pedrito’ fue nombrado promotor de cultura de la Secretaría de Educación de Medellín.

 En 1971, para celebrar el primer aniversario del Departamento de Cultura, le propuso a su director, Jorge Robledo -‘el poeta de la raza’-, realizar el primer festival de la trova en Antioquia, en el que fue rey.

Decenas de campesinos desplazados por la violencia participaron y en adelante los versos con guitarra nunca faltaron en la ciudad y ‘Pedrito’ no se detuvo: ese año lideró la fundación del Movimiento Nacional de la Trova y participó en la creación de la Escuela Popular de Arte de Medellín (EPA).

En cinco oportunidades fue príncipe nacional de la trova y en 1981 se coronó como rey nacional de la trova culta poética en Pereira, la que él considera su principal hazaña. 

 También publicó un texto con parte de sus versos en  Eche pa’l morro , y prepara otro que se llamará  Patrimonio Cultural Antioqueño .

De tantas trovas, hay una que no olvida. En el II Festival Nacional en 1976, un colega de Urabá que medía casi dos metros lo tenía ‘azotado’ por su baja estatura (1,52 mts.), y cuando se sintió derrotado soltó un verso que lo dejó en silencio: «Me jodés por la estatura, pero no me desconsuelo, porque un trovador se mide, es de la cabeza al cielo». 

Oscar Andrés Sánchez A.
Redactor de EL TIEMPO
Medellín

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